24 noviembre, 2010

Un hotel de mil estrellas


Presentación en el salón de Cruz Roja


En la noche del 23 al 24 de noviembre, en Zaragoza, ha tenido lugar un hecho insólito y maravilloso a la vez: 260 personas, voluntarios y trabajadores de las entidades que integran la Coordinadora de Personas Sin Hogar, han recorrido la ciudad buscando a los que viven en la calle, en los cajeros, debajo del puente...buscando a los que no tienen ni techo ni hogar. A continuación tenéis el testimonio de Luisa, una voluntaria que pasó la noche recorriendo esos lugares que ni ella misma sabía que existían:


Un hotel de mil estrellas....
Así se llamaba la invitación a la que respondimos el pasado martes unos 280 voluntarios de toda Zaragoza. Mientras escuchaba que uno de los objetivos era sensibilizar a los propios voluntarios que íbamos a participar, reconozco que pensé: ¿Cómo no vamos a estar sensibilizados, si hemos decidido voluntariamente pasar varias horas de frío y perder horas de sueño por esto?


Después de esa noche, he aprendido que sensibilizarme no es solo que tenga interés o que esté dispuesta a dedicar unas horas... Sensibilizarme es comprobar que algo de mí ha cambiado con esta experiencia… Sentarme en un cajero junto a una persona y que decida compartir conmigo, sin conocerme, que hace más de 14 años que no tiene relación con su familia y que ya no espera nada de la vida, me ha cambiado un poco más la mirada... Y sobre todo, me ha ayudadado a ponerle rostro visible a las personas que, tapadas con mantas y cartones, son invisibles en nuestras calles cada noche…


En la calle uno de los muchos equipos que participaron


Cuesta conciliar el sueño después de una noche así, intensa y valiosa también porque supone unirse a otras personas voluntarias, conocer el trabajo de otras entidades, compartir retazos de nuestras vidas… Pero finalmente me dormí pensando en las últimas palabras que me dijo una de las personas que están sin hogar:

“ESTO TIENE QUE SABERSE... TENÉIS QUE CONTARLO..."


Más fotos aquí

1 comentario:

Anónimo dijo...

La verdad que fue toda una experiencia, tanto para los voluntarios como para los técnicos que trabajamos día a día, codo a codo, por y para las personas que duermen en la calle. Fue algo especial que nos ha marcado para siempre a TODOS.