Con este proyecto piloto, los Centros Escolares elegidos y el Ayuntamiento de Zaragoza pretenden devolver el derecho de los niños a la autonomía y se fomenta la educación en valores ciudadanos, de responsabilidad, movilidad sostenible y medioambiental, favoreciendo que la calle vuelva a convertirse en un entorno seguro y acogedor.
¿Y cómo colabora Cáritas en este proyecto?
El Camino Escolar cuenta también con el apoyo de comercios u otros colaboradores en la zona de recorrido.
Se trata de realizar una "vigilancia difusa" de los niños y niñas a lo largo del camino, de tal forma que cuenten con ayuda en caso de necesitarla. Los niños, a su vez, pueden ver los “comercios y lugares de confianza” a través de un sistema identificativo (por ejemplo pegatinas, marcas o símbolos en la puerta del establecimiento).
En Cáritas ya tenemos nuestra pegatina puesta.
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