09 marzo, 2015

El Via Crucis del siglo XXI en tierra palestina


       Día 7 de marzo de 2015
       Hoy ha sido un día intenso, muy especial, hemos visitado el Centro Ecuménico de Jerusalén de la Teología de la Liberación. Trabaja sobre tres pilares: Jesús como centro de la fe; la inclusividad: todos somos hijos e Dios y, en tercer lugar, ser voz profética por la paz y la justicia. Su teología es la de la no violencia al lado de los oprimidos. Este centro ha publicado una vía crucis, contemporáneo, que recorre como estaciones situaciones que viven hoy los palestinos:

1ª estacion: Jesús es condenado a muerte ---1948 La Nakba (la expulsión de los palestinos de sus casas y sus tierras).
Esta estación la hemos rezado contemplando lo que queda de un pueblo que fue arrasado por los judios en el año 48.

Pueblo palestino arrasado en 1948
2ª estacion: Jesús con la cruz a cuestas---Los refugiados.
Esta estación la hemos rezado visitando el campo de refugiados en Jerusalén. Desde el año 48 miles de personas, que tuvieron que dejar Jerusalén oeste, viven hacinadas en este campo del que ninguna o poca esperanza tienen de salir.
Campo de refugiados en Jerusalén

Y así de este modo hemos ido recorriendo otras estaciones a lo largo de todo el día:
La vista de Jerusalen desde una colina viendo la partición que se hizo en el 48.
La visita a una familia de un pequeño pueblo a la que los israelíes han demolido su casa 7 veces y 7 la han vuelto a reconstruir.
Los niños que son detenidos y encarcelados meses por tirar piedras a los coches israelíes.
El muro que separa dos barrios palestinos en Jerusalen.

      En el recorrido nos ha guiado Omar que pertenece a una de las 13 familias cristianas de Jerusalén documentadas desde el siglo IV.
      Hemos oído experiencias muy duras, dolorosas, tristes, inhumanas, difíciles de creer pero siempre contadas desde la resistencia pacífica y sin odio.
      Aunque sea difícil de creer los palestinos son un pueblo de paz que viven la ocupación con dignidad y sobre todo con esperanza, aunque en muchos momentos no haya mucho que esperar.
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